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Parroquia de la Encarnación de Tabernas

CARTA DE NUESTRO PÁRROCO

CARTA DE NUESTRO PÁRROCO 

FAUSTO MARTIN MANCEBO

PARA EL TIEMPO DE SEMANA SANTA

EL MENSAJE DE LA CRUZ

 

Queridos hermanos y hermanas tabernenses: durante el tiempo de Semana Santa los cristianos somos invitados a contemplar el misterio de la Cruz. Un misterio que lleva escondido para ser desvelado un mensaje de salvación. Pues en palabras del apostol San Pablo: "Cristo no me ha enviado a bautizar, sino a evangelizar, y esto sin hacer obstentacion de elocuencia, para que no se desvirtúe la Cruz de Cristo. El lenguaje de la Cruz, en efecto, es locura para los que se pierden; más para los que estan en vías de salvación, para nosotros, es poder de Dios." (1 Cor 1, 17-18)

Hoy en día, como así ocurría en tiempos de Jesús mucha gente no puede llegar a entender por que la Cruz es un símbolo del amor de Dios. Pues es inconcebible e inaudito el pensar como pudo el amor llevar al Padre a sacrificar a su Hijo. Por eso, muchas personas deciden ignorar tal “desatino”, y en su lugar esperara entrar en el Reino de los Cielos por medio de su buen carácter (afabilidad) y sus nobles acciones (filantropía). Pero, según la Biblia, esa creencia es, en realidad, poco sensata y pone de manifiesto la necesidad que tiene la Iglesia actual de hablar con mayor firmeza a la hora de presentar al mundo el mensaje de la Cruz como mensaje liberador.

Esto conlleva la necesidad de que toda la Iglesia (Papas, obispos, sacerdotes y fieles cristianos) tienen la misión de predicar (anunciar) la justicia divina junto con el amor divino. Pues Dios ama ciertamente al mundo, pero no puede ignorar el pecado de la humanidad: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16).

Dios es justo lo que significa que es perfecto. Por eso en su pura presencia no puede haber ninguna mancha de pecado. De ahí que una persona no puede llegar a las puertas del cielo arrastrando un bagaje de todo una vida de pecado, y exigir ser recibido. Dios no justifica para nada el pecado, pero provee la manera de encargarse del mismo por medio del sacrificio redentor de la Cruz.

Dios tiene un plan de salvación para toda la humanidad. Un plan que incluye tres hechos fundamentales: primero que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Rom 3,23). Luego, el alma que pecase morirá (Ez 18,20 y Rom 6,23). Por ultimo, la deuda de la persona será pagada por un sacrificio perfecto ofrecido a su favor (Jn, 1,29); pues Dios satisfizo su propia justicia al poner a nuestro pecado sobre Jesús, y permitiendo que El muriera en nuestro lugar. Pues la Cruz conlleva un mensaje que va mas allá del amor de Dios, pues también representa su sabiduría divina al diseñar un plan salvador para toda la humanidad que permitiese un equilibrio sereno entre su santidad y su justicia perfecta.

Un equilibro que muchas veces fue puesto en tela de juicio debido a que algunas personas contemporáneas a Jesús se burlaron de El cuando estaba en al Cruz: “Había un letrero en el que estaba escrita la causa de su condena: el rey de los judíos. Con Jesús crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda. Los que pasaban por allí lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Eh, tu que destruías el templo y lo edificabas en tres días! ¡Sálvate a ti mismo bajando de la Cruz! y lo mismo hacina los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, que se burlaban de El diciendo: ¡A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse! ¡El Mesías! ¡El rey de Israel! ¡Que baje ahora de la Cruz, para que lo veamos y creamos! Hasta los que había sido crucificados junto con Jesús lo injuriaban e insultaban” (Mc 15,26-32).

Estos hombres y mujeres contemporáneos a Jesús pensaron que la muerte de Cristo era una evidencia de debilidad. Sin embargo, fue todo lo contrario. El poder de Dios era tan grande, que Jesús murió con todo el pecado del mundo sobre sus hombros, y resucitó tres días después. Pues el poder de la Cruz trasforma el interior de las vidas humanas por medio del amor desinteresado y gratuito por parte de Dios:”Nadie tiene amor mas grande que quien de la vida por sus amigos” (Jn 15,13).

Pues que el mensaje de la Cruz, en estos días de Semana Santa, suponga para todos nosotros, fieles y devotos de Tabernas, el reconocimiento agradecido a Dios porque “por medio de su Santa Cruz redimió al mundo”. Que nuestros Santos Patrones, Nuestra Señora la Virgen de las Angustias y el mártir San Sebastian, nos protejan y nos enseñen que el verdadero mensaje de la Cruz, que el verdadero mensaje cristiano radica, en palabras de San Juan discípulo amado, en que Dios es amor: “Todo el que ama  ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por El. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que El nos amó a nosotros, y envío a su Hijo para, que por medio de la muerte en la Cruz, librarnos de nuestros pecados” (1 Jn 4,7-10).

 

 

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